La de la Escoba, que está de vacaciones invernales haciendo obra en casa y de paso la limpieza primaveral... casi no tiene tiempo de cojer la aguja.
A pesar de todo, no me he podido resistir a cumplir el C.C. que nos propone Pandielleando.
También parte de Orbea, me empujan a que tome la delantera E. cómo haces eso, E. cómo cortas lo otro, E. el bolso... en fin que me han acribillado a preguntas y ahora están haciendo sus mochilas con las dudas todas resueltas.
He hecho el tamaño más grande. El cordón es gordo, gordo, ideal para cargar la mochila de telares y no se claven en los hombros.
No tenía cinta chula para tapar la cremallera, así que cosí un bies y le hice tres filas de puntaditas en forma de espiga para que tuviera colorín.


Es muy peligroso coser con un color tan vistoso, porque se ven más los defectillos pero si sale medianamente bien... también es más divertido. Así pues me lie la manta a la cabeza y le puse color al pespunteado.
El colgante es un buho del propio estampado con la trasera rosita cerrado con un zig-zag y relleno con algodón.
Ha gustado el buhito y tengo hasta encargos para hacer llaveros con ese motivo.
La mochila es sencilla y resultona. Se me ocurren combinaciones mil. La siguiente está preparada para el Gran Olvidado.
Pues ya veis... qué bien me sienta con el color de los ojos... ¿Queda claro es es MÏA y sólo MÏA???
Con ella participo en Rums esta semana.